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En cubierta del correillo La Palma, Muelle Santa Catalina, Las Palmas de Gran Canaria |
En Correillo La Palma hice mi primer viaje en el verano de 1964 S/C de Tenerife-Arrecife (Lanzarote) con escalas en Las Palmas de Gran Canaria; Gran Tarajal y Puerto del Rosario en aquel entonces para los canarios: Puerto de Cabras, en Fuerteventura. Al llegar al muelle se Sta. Catalina en Las Palmas, tras una aciaga noche de travesía, los Tres Laguneros más el Semi, teníamos 14 horas para conquistar el mundo y toalla al hombro nos disponíamos a bañarnos en la Playa de Las Canteras (paraíso de bikinis nórdicos) cosa que hicimos poco después que el sobrecargo nos comunicara que el correillo iba demorar su partida 12 horas más, porque el avión estafeta procedente de Madrid no podía salir por causas técnicas. En compensación nos daban cena y desayuno gratis en el comedor de segunda; nosotros y una señora mayor con pamela eramos los únicos pasajeros a bordo, por lo que comprendimos la disculpa del estafeta. El correillo, se convirtió de la noche a la mañana en nuestro yate particular, aunque fuéramos en tercera, sobre la sala de maquinas y bodega de popa.
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Disfrutando en la Playa de Las Canteras. Lucía era rubia con bikini blanco |
El trayecto de ida duró 34 horas, el de regreso un mes después, 24. El precio por persona ida y vuelta costó 34 pesetas. Lo importante de aquel verano fue que Lanzarote, volcanes y salinas, casas blancas y negros enarenados, cuevas y jameos, playas y charcos, viñedos y palmeras, conejeras y chinijos nos conquistaron para siempre.