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Pato Lorenzo, en Igueste de San Andrés, Tenerife |
Así se encontraba mi amigo Lorenzo, el miércoles pasado en su santo, ante el dilema de mantenerse al aire o zambullirse en el charco de aguas más que calientes. -Triste destino el mio, nacido para vivir fresco y con este calor, ni al agua... y, con mi nombre, no quiero ni pensar el fin que me espera.