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Casa de la Real Aduana, Puerto de la Cruz, Tenerife |
La Casa de la Real Aduana preside impasible el devenir del Puerto de Cruz desde 1620; erigida inicialmente como residencia por la familia Franchy, fue posteriormente arrendada a la Real Hacienda para dependencias de la Aduana y así controlar la exportación de las producciones agrícolas del valle de la Orotava, en especial los vinos malvasía; también servía como residencia del almojarife o recaudador. Conformaba un conjunto arquitectónico con la contigua batería de Santa Barbara,(desaparecida) y la casa Alfaro. Sus balcones y ventanas fueron testigos de los aconteceres cotidianos de estibadores, carpinteros de ribera, maniobras de arribada, partida de veleros y paquebotes, despedidas y reencuentros, en fin, el devenir del pequeño puerto.
Adosada a su fachada de poniente, una cruz en madera de sección octogonal, de 245x205x15cm llamada "La Carola", ocupa el espacio central sobre la grada de entrada. Se cree, que esa cruz, antes exenta junto a la escalinata del muelle frente a la batería, fue el símbolo que dio nombre a la localidad actual: Puerto de la Cruz