Dragos

Drago Milenario, Icod de los Vinos.Tenerife
El drago, Dracaena Draco, es una especie botánica endémica de la Macaronesia, encontrándose en los archipiélagos de Madeira, Canarias y Cabo Verde. En estado salvaje, en Canarias, se encuentra en la zona de Anaga(Tenerife), en Garafía - Barlovento (La Palma) y en algunos barrancos del suroeste de Gran Canaria. Con alguna característica distinta, se encuentra en la región del Umarhuz en el Anti-Atlas marroquí, donde se denomina "ajgal", así como en el archipielago de Socotra, al sur del Yemen, en el Indico, donde le dicen "cinnabari".

Dragos en Barranco La Caridad, Tacoronte Tenerife
Es una planta arborescente, de tronco no leñoso y crecimiento muy lento; se reproduce por semilla y por esqueje si presenta raíces aereas, pudiendo alcanzar alturas superiores a 15m; el tronco es liso en ejemplares jóvenes, rugoso y agrietado en ejemplares viejos. El mayor y más famoso en estas islas es, el Drago Milenario de Icod de Los Vinos, al norte de Tenerife, con 19m de altura y similar diámetro en la copa. Los expertos le atribuyen una edad superior a 600 años. La floración de estos gigantes de la naturaleza, se produce cada quince años y constituye todo un espectáculo digno de presenciar. Al caer los racimos de semillas, crecen nuevos esquejes de hojas, hecho que sirve para datar la edad.

Conjunto de dragos de Buraco, Garafía,La Palma
Los guanches, antiguos aborígenes de Tenerife, adoraban al drago como tótem protector, y le atribuían propiedades esotéricas y curativas, sirviéndose de su savia roja para preparar pócimas, cicatrizantes y fortalecedoras de encías. También la usaban como tinte y sellador de vasijas de barro; como "sangre de drago" se comercializó, en pasta seca o molida, en el siglo XVII.
Se cree que Stradivari la empleó en la (?) composición de los barnices que aplicaba a sus instrumentos, tanto por sus facultad sellante, dejando transpirar la madera, como por su tinte sanguina claro. Su conocimiento pudo deberse, a un manuscrito, fechado 1592 en el Puerto de la Orotava, que el ingeniero militar Leonardo Torriani, envía por medio de Esteban Ponte de viaje a Génova, a su amigo Jovani Strad de Cremona, carpintero de ribera y futuro abuelo del famoso luthier, donde le explicaba las propiedades de estanquidad de aquella pasta seca y su empleo.
Es el símbolo botánico de la Isla de Tenerife, proliferando en jardines y plazas, así como ante nuestros edificios más representativos, como seña de identidad.
En 1504, el Bosco lo pintó como el árbol que soporta el fruto prohibido en el Paraíso (lateral izquierdo del tríptico) del Jardín de las Delicias. Observen:

Detalle del Jardín de las Delicias.El Bosco. Museo del Prado