Las Cataratas de Iguazú ( Aguas Grandes,en guaraní) conforman una de las escénicas naturales mas impactantes que conozco. Compartidas por Argentina y Brasil, hablar de Iguazú, es hablar de vida en todo su esplendor y un regalo para todos los sentidos. Apoteósicos saltos de agua, fauna diversa por doquier, bosque subtropical con una vegetación llena de matices y vistosos colores. Visitarlas desde el lado argentino es un acontecimiento, percibes como la luz se descompone tras una nube transparente, saboreas la humedad , oyes el estruendoso rugido del agua, pisas un suelo blando de hojarasca y hueles la esencia del entorno. La Pachamama cobra presencia en tu interior y percibes la vida, como alma del paisaje.
Ya al atardecer, en las tres fronteras contemplas aquellas aguas, ahora relajadas como Río Iguazú, al fundirse al Paraná, junto a Paraguay. A lo lejos parece divisarse Ciudad del Este. A la mañana siguiente, desde Brasil, completaré mi viaje.
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